2 de octubre no se olvida

https://lajornadahidalgo.com/2-de-octubre-no-se-olvida-la-historia-detras-de-la-masacre-de-tlatelolco/



56 aniversario 2 de octubre 

México distrito federal (1968), durante el gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz y su secretario de Gobernación Luis Echeverría Álvarez, se dieron varias represiones contra los grupos estudiantiles de diferentes universidades, se tiene el dato de varios estudiantes muertos a manos del grupo de granaderos del entonces gobierno del distrito federal, estudiantes de la ciudad universitaria “UNAM” iniciaron una protesta el 18 de septiembre
buscando igualdad de oportunidades y mejora en el sistema de educación superior, donde pretendían entregar un pliego petitorio con las siguientes demandas:
1 libertad a presos políticos
2 derogación del articulo 145 penal federal. el cual atentaba contra la difusión de ideas que perturbaran el orden público y/o la soberanía de la nación.
3 desintegración del grupo de granaderos, especialistas en reprimir a los grupos de protesta.
4 destitución de los mandos policiales, el jefe de y subjefe de la policía capitalina.
5 indemnizar a las víctimas de actos represivos contra movimientos estudiantiles.
6 deslinde de responsabilidades de los funcionarios involucrados en actos de violencia contra estudiantes.

Como respuesta al pliego petitorio fueron agredidos por el ejército dentro de CU “ciudad universitaria” violando la autonomía de la “UNAM”, en consecuencia se formó el Consejo Nacional de Huelga (CNH) integrado por estudiantes de la UNAM universidad nacional autónoma de México” y el IPNinstituto politécnico nacional” y otras universidades.

https://nortedigital.mx/un-dia-como-hoy-2-de-octubre-no-se-olvida/



El Consejo Nacional de Huelga (CNH) en protesta por la represión convoco el (miércoles 2 de octubre de 1968) en la Plaza de las Tres Culturas, ubicada en la unidad habitacional de Tlatelolco para una manifestación pacífica y demostrar que la comunidad universitaria estaba unida y lucharían por sus derechos, civiles y estudiantiles. todo transcurría de manera cotidiana, estudiantes gritando consignas contra el gobierno y el ejército custodiando como era costumbre en las manifestaciones públicas, la debacle comenzó cuando integrantes del Batallón Olimpia, un grupo de agentes del gobierno federal comenzaron a disparar desde las azoteas de los edificios ubicados alrededor de la plaza de las 3 culturas y en consecuencia el ejército repelió la agresión disparando contra los estudiantes y demás personas que se encontraban en el mitin, después del fuego cruzado tanto ejercito como el Batallón Olimpia iniciaron búsqueda y persecución por toda la unidad habitacional de Tlatelolco, haciendo uso de violencia innecesaria, no se tiene a ciencia cierta el número exacto de víctimas o desaparecidos, los registros son vagos y poco certeros, se manejan diferentes cifras, que van desde 300 hasta 1500 personas, entre estudiantes, padres, madres, maestros y demas personas que se encontraban en la plaza. En la página web del National Security Archive viene la cifra de 44 víctimas, aquí sus nombres:

1 Miguel Baranda Salas 2 Carlos Beltrán Maciel 3 Cornelio Benigno Caballero Garduño 4 José Ignacio Caballero González 5 Bertha Corona Tafoya 6 Constantino Corra-les Rojas 7 Alejandro Felipe Carbajal Galán 8 Carlos Cristóbal Fortanel Hernández 9 Cuitláhuac Gallegos Bañuelos 10 Luis Gómez Ortega 11 Fernando Hernández Chantre 12 Ramón Horta Ruiz 13 Cecilio de León Torres 14 Manuel Telésforo López Carballo 15 Pedro Gustavo López Hernández 16 Rosalina Marín Villanueva 17 Petra Martínez García 18 Agustina Matus de Campos 19 Ana Rosa María Maximiano Mendoza Robles 20 Reynaldo Monzalvo Soto 21 Manuel Nájera Oviedo
22 Leonardo Pérez González 23 Melitón Pérez Vitel 24 Jaime Pintado Medina Gil 25 Pablo Pinzón Martínez 26 Jorge Ramírez Gómez 27 Guillermo Rivera Torres 28 Octavio Rodríguez Cid 29 Armando Reyes Haro 30 Gilberto Reynosa Haro 31 Juan Rojas Luna 32 Antonio Solórzano Gaona 33 Ana María Regina Teuscher Kruger 34 Gloria Valencia Lara de González Y 10 personas más, desconocidas.

https://www.eluniversal.com.mx/tendencias/2-de-octubre-no-se-olvida-cual-es-el-significado-de-esta-consigna/


Estamos próximos a los 50 años de la matanza de Tlatelolco 68, la fecha que simboliza el autoritarismo y nula tolerancia de un gobierno opresor, ¿será que ya estamos del otro lado?
¿Recuerdas los 43 de Ayotzinapa?, ¿Acteal?, ¿Atenco? Y muchas otras “donde toda expresión de desacuerdo es reprimida por la fuerza”.

La juventud es sinónimo de rebeldía y búsqueda de identidad, los ideales pueden ser varios, hay inclinaciones socialistas, progresistas, capitalistas y un sinfín de ideologías.

Un joven progresista que lucha por la igualdad y libertad no puede ser tomado como marginal, radical o grillero, un campesino que lucha por sus tierras, un indígena que lucha por el respeto a sus costumbres e igualdad en derechos, si te unes a la marcha que sea de manera congruente y pacífica, cada integrante de un grupo tiene nombre y apellido, así como familia. En honor a los desaparecidos @sonar hace referencia al emblemático grito de “ EL 2 DE OCTUBRE NO SE OLVIDA” ni sus ideales ni sus nombres.

Les compartimos un poema del maestro Jaime Sabines, esperando sea de su agrado.

Tlatelolco 68

Nadie sabe el número exacto de los muertos,
ni siquiera los asesinos,
ni siquiera el criminal.
(Ciertamente, ya llegó a la historia
este hombre pequeño por todas partes,
incapaz de todo menos del rencor.)
Tlatelolco será mencionado en los años que vienen
como hoy hablamos de Río Blanco y Cananea,
pero esto fue peor,
aquí han matado al pueblo;
no eran obreros parapetados en la huelga,
eran mujeres y niños, estudiantes,
jovencitos de quince años,
una muchacha que iba al cine,
una criatura en el vientre de su madre,
todos barridos, certeramente acribillados
por la metralla del Orden y Justicia Social.
A los tres días, el ejército era la víctima de los desalmados,
y el pueblo se aprestaba jubiloso
a celebrar las Olimpiadas, que darían gloria a México.

El crimen está allí,
cubierto de hojas de periódicos,
con televisores, con radios, con banderas olímpicas.
El aire denso, inmóvil,
el terror, la ignominia.
alrededor las voces, el tránsito, la vida.
Y el crimen está allí.

Habría que lavar no sólo el piso; la memoria.
Habría que quitarles los ojos a los que vimos,
asesinar también a los deudos,
que nadie llore, que no haya más testigos.
Pero la sangre echa raíces
y crece como un árbol en el tiempo.
La sangre en el cemento, en las paredes,
en una enredadera: nos salpica,
nos moja de vergüenza, de vergüenza, de vergüenza.
La bocas de los muertos nos escupen
una perpetua sangre quieta.

Confiaremos en la mala memoria de la gente,
ordenaremos los restos,
perdonaremos a los sobrevivientes,
daremos libertad a los encarcelados,
seremos generosos, magnánimos y prudentes.
Nos han metido las ideas exóticas como una lavativa,
pero instauramos la paz,
consolidamos las instituciones;
los comerciantes están con nosotros,
los banqueros, los políticos auténticamente mexicanos,
los colegios particulares,
las personas respetables.
Hemos destruido la conjura,
aumentamos nuestro poder:
ya no nos caeremos de la cama
porque tendremos dulces sueños.
Tenemos Secretarios de Estado capaces
de transformar la mierda en esencias aromáticas,
diputados y senadores alquimistas,
líderes inefables, chulísimos,
un tropel de putos espirituales
enarbolando nuestra bandera gallardamente.
Aquí no ha pasado nada.
Comienza nuestro reino.

En las planchas de la Delegación están los cadáveres.
Semidesnudos, fríos, agujereados,
algunos con el rostro de un muerto.
Afuera, la gente se amontona, se impacienta,
espera no encontrar el suyo:
“Vaya usted a buscar a otra parte.”

La juventud es el tema
dentro de la Revolución.
El gobierno apadrina a los héroes.
El peso mexicano está firme
y el desarrollo del país es ascendente.
Siguen las tiras cómicas y los bandidos en la televisión.
Hemos demostrado al mundo que somos capaces,
respetuosos, hospitalarios, sensibles
(¡Qué Olimpiada maravillosa!),
y ahora vamos a seguir con el “Metro”
porque el progreso no puede detenerse.
Las mujeres, de rosa,
los hombres, de azul cielo,
desfilan los mexicanos en la unidad gloriosa
que constituye la patria de nuestros sueños.

Jaime Sabines


Edición y redacción @sonar
Fuentes de consulta:
Susana Zavaleta Orozco

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